Dime qué quieres.
Te vas, te vas sin decirme nada. «Todo se acaba dijiste, mirándome que ya no estábamos juntos». (Como dice la canción). Y entonces fue cuando cambié el amor por alegrías.
Yo que era de salir corriendo y ahora voy queriendo sin querer.
Pero bueno he decidido que no quiero volverte a ver… Aunque mi emoción me pida otras cosas y el corazón dicte mil y una historias.
Recuerdo cuando me dijiste: «Ha pasado alguien a mi lado que huele a ti». Y mi corazón dio un vuelco. Sin saber qué hacer, rápidamente empezó a latir a mil por hora.
Pero mi mente echó el freno de mano y dijo: -Eh, Macarena, las cosas con cabeza, que luego pasa lo que pasa.
Y en ese preciso momento me di cuenta de que no. Que quien quiere está cuando la tormenta empieza y cuando amaina. Que no quiero ser la alternativa de nadie. Que ya está bien de mitades y de «no tiene por qué ser blanco o negro».
Parece que cuando jugaba al fútbol, al golf, al basket… mi puntería afinaba mejor, porque ahora ardo en mi soledad. Que sí, que te fuiste y ahora me voy yo, no voy a entrar en guerra contigo, pero no me pidas cosas que no puedo hacer.
Y ya está, lo he decidido mientras escucho esta canción de Siete de Picas me doy cuenta de que quiero seguir, continuar mi viaje y que paso de temblar más, cero alternativas.
No quiero volver a intentarlo, pero eso sí, me he dado cuenta de que voy queriendo sin querer.
Volver a no saber de ti. Que ya no quiero ser otra historia más. Ahora soy yo la que escribe los párrafos de mi vida. Tan solo llegué tarde. Pero ahora la que se retira soy yo.
¡LO MEJOR ESTÁ POR LLEGAR! 