Este ha sido mi año del gran plano general, porque me ha pasado de todo, cosas buenas, muy buenas, de las mejores de mi vida, también otras malas, pero para nada de las peores. Creo que para el 2018 diría: ¡virgencita que me quede como estoy! Ha sido el año de mi suerte, muucha suerte he tenido que espero que no acabe en mucho tiempo.
Y hoy que es el día de la lotería sería mentira decir que no quería que me tocara, pero poco me va a tocar si llevo solo media participación. Pero mira paso, prefiero que me toques tú, dejemos la lotería.
He viajado, he conocido lugares mágicos y he vuelto a los viejos sitios donde amé la vida. He regresado a esa playa en la que tantos sueños tuve y me he dado cuenta de que alguno que otro ya se ha cumplido.
He terminado mi etapa universitaria y he trabajado donde había querido estar hace mucho tiempo. He tenido por compañeros a algunos periodistas que llegué a entrevistar cuando estudiaba la carrera y he vuelto a comprobar que con trabajo y esfuerzo los objetivos se cumplen.
Me encanta ver cómo avanza la historia de mis amigas, de mi familia, cómo la vida nos puede llegar a sorprender tanto…
He descubierto que lo que de verdad vale la pena cuesta sudor y lágrimas, que quien quiere peces se tiene que mojar el culo, como bien me enseñó hace tiempo mi hermano.
He valorado que sin salud no podemos llegar a ningún sitio y que mi familia es el pilar que sustenta mi vida.
Por esto me he dado cuenta que soy una afortunada y que soy rica… porque como dice la canción de Manuel Carrasco: “Soy afortunado porque los mayores tesoros que tengo no los he comprao”.
Así que 2018 aquí estoy esperándote impaciente para seguir contando historias, para ver cómo avanza toda mi trama…
¡LO MEJOR ESTÁ POR LLEGAR! 