Cuando hablamos de “serendipia” nos referimos al descubrimiento o hallazgo realizado por accidente, casualidad, inesperado y afortunado de cosas que no se están buscando, pero que son la solución para otro problema que se tenía. Es como “de pura suerte” “de chiripa”… y creo que eso es lo que nos ha pasado. Que así sin pensarlo en lo que iba a desembocar, en lo que nos íbamos a convertir empezamos a hablar y a entablar conversaciones interminables y salidas de vamos a cenar que se convierten en noches que según cómo lo mires llegas tempranito porque pueden ser las seis de la mañana y estás viendo amanecer.
Pero dejando a un lado lo de la serendipia, creo que sí que hemos congeniado en tan poco tiempo y ahora entiendo por qué dicen que una amiga se puede convertir en una hermana… La hermana pequeña que nunca tuve. Creo que ha sido en parte porque tenemos unos principios y valores de base y eso hace mucho. Luego nuestras aficiones y un sinfín de cosas VARIAS, porque las cosas diversas son muy importantes, ¿¿¿¿ehhh???? Bueno y si te hace ilusión sí pero si no te hace ilusión pues va a ser que no 😉
Por otro lado quería agradecerte por enseñarme a valorar las cosas pequeñitas las más chiquititas porque seguro que dentro de un tiempo nos damos cuenta de que eran las más grandes, porque siempre ves el lado positivo de las cosas, porque no te achantas porque haya que hacer trasbordo en un trayecto de 545 km exactamente porque siempre serás la pequeña de las dudas… infinitas, por congeniar tan bien con los míos. Aunque yo también con los tuyos y eso es muy buena seña.
Ahora entiendo cuando dicen que el hogar está donde está tu corazón. Y tú también lo entiendes, ¿verdad?
En definitiva porque hay cosas que no tienen precio y tú eres una de ellas 🙂
Pues eso, que gracias por tanto.
“Me encanta ser una mujer, incluso en un mundo de hombres porque, después de todo, los hombres no pueden llevar vestido pero nosotras sí que podemos llevar los pantalones”. – W. Houston