Hoy quiero hablar del verano. Esa época maravillosa. Quedan exactamente 4 días. Ahora empieza la cuenta atrás… 96 horas y damos la bienvenida al mejor mes del año.
En la época estival es cuando nos dicen que estamos morenas y surgen las peleas de amigas para ver quién lo está más. Las horas bajo el sol. Los juegos de palas en la playa. Patinar por el paseo marítimo. Los novios veraniegos, esto bien merece un post.
Pero es cierto que ahora, cuando vienen las vacaciones estamos más contentos, la ropa nos queda mejor y todo el mundo piensa en esos días libres. Los viajes con las amigas y con el churri. Que si me voy a Lisboa, que si la otra se va a Londres… vamos como quién dice “me voy a Torre del Campo”. Así surgen los mejores planes… en una noche de verano diciendo: «No hay huevos»… y al final al día siguiente te plantas en la playa; porque total no hay nada mejor que hacer.
Así aparecen las noches improvisadas, de estar cenando a irse a la piscina de una amiga a bañarse. “Sí, veníos cuando queráis” y de ahí al que casi nos adopten sus padres y formar parte de la familia.
Es esa época, el verano, en la que trabajas por primera vez, te sacas el carnet de conducir, aprendes idomas (algo relativo). Todavía recuerdo cuando me fui a Hastings, sí al Holy, y que yo recuerde mucho inglés no aprendí… más bien, italiano.
Ahora con el plan Bolonia también se estudia porque claro, los exámenes son en julio y; o te pones las pilas o te llevas la ristra de suspensos para el curso que viene. Así que bien merece la pena chapar un poquito y luego ya a disfrutar.
Pues nada desearos a todos un feliz verano. Que espero que sea el mejor de vuestras vidas. Porque mis veranos siempre mejoran año a año, cada uno siempre supera al anterior (y mira que siempre digo que es el mejor) Claro de ahí el nombre de: ¡Lo mejor está por llegar! porque siempre vienen planes improvisados (y benditas sorpresas) ¡¡¡que seáis muy felices!!!