Lo primero que quiero hacer es daros las gracias a cada uno de los que dedicáis un ratito para leer este blog. De cada una de las partes del mundo desde la que me leáis, gracias de nuevo. (He visto que sois algunos de Sudamerica y Centroeuropa). Y lo segundo es que en cada post que ponga os pondré una lección o enseñanza que he aprendido de la vida.
Ayer estuve en la celebración del Real Madrid y bueno. Fue todo precioso pero lo que vi es que la humildad tiene que ser la base de la vida. Yo esta virtud la aprendí de mis abuelos. Ciertamente de las personas que más he admirado, solo me queda una, pero os puedo asegurar que es la persona más fuerte y luchadora que he conocido en la vida. Con 93 años y lucha día a día por el regalo que Dios nos ha dado (existir).
Aquí el vídeo de WE ARE THE CHAMPIONS
Pues eso, ahí estaban los jugadores en el campo. Enfocaban la cara de Casillas y alguna lagrimilla se le caía… porque aunque ellos sean “estrellas” e “ídolos” de muchos; son personas como tú y como yo. Con una familia y unos sueños por cumplir. Se respiraba buen rollo, felicidad y sobre todo satisfacción porque habían conseguido su sueño. LA DÉCIMA. Se dice rápido pero yo, que ni siquiera me lo esperaba, viví una celebración histórica y esto bien se merece una entrada.
Una madridista (desde enana) estaba allí en una de las primeras filas, con la boca abierta y pensando lo grandioso que puede llegar a ser el fútbol, unir a tantas personas y que sean felices. Muchas veces me preguntan y tú ¿por qué quieres ser periodista deportiva? No penséis que quiero ser la nueva Carbonero (todos somos únicos), a ver que ella es muy guapa y todo pero no. Me gusta el deporte porque da satisfacción y diversión. En los tiempos que corren lo único que podemos hacer es reírnos y tirar pa’lante. Si me preguntarais quién es mi referente del mundillo os respondería: María Escario. Una de las primeras mujeres, una mujer que no tuvo miedo, mujer pionera en esto del periodismo deportivo. Una amiga me dijo ayer: “De un cobarde no se ha escrito nada, de un valiente, mucho” y qué verdad más grande…
Lo que más me llamó la atención fue ver la cara de ilusión de los hijos de los futbolistas. Algunos como el pequeño Martín lloraba porque no sabía por qué toda esa gente gritaban el nombre de su papá. Cuando lo vea dentro de 10 años fijo que llora otra vez, pero de la emoción. Otros como los hijos de Arbeloa y Xavi Alonso correteaban y cogían los papelitos blancos. Los tiraban a sus hermanos, cuales bolas de nieve. Incluso llegaron a jugar a penaltis y se meaban de la risa.
Pero como una imagen vale más que millones de palabras aquí os dejo mis fotos. Te aseguro que fue la experiencia más bonita de mi vida, un sueño cumplido.
Ah y no te olvides: ¡Lo mejor está por llegar!