Isabel Jiménez: “Los reportajes a pie de calle te hacen bajar a la tierra y ver que todo en esta profesión no es jauja”
Hace apenas 24 horas estábamos Guachu y yo en la puerta del Vedruna. Esperando con ilusión a la joven presentadora de la edición de sobremesa de Informativos Telecinco. Puede que este cargo nos hiciese pensar que íbamos a conocer a una mujer seria. Pero cual fue nuestra sorpresa que fue encantadora y muy cercana. Lo primero que le comenté fue que parecía mucho más joven que en pantalla a lo que ella entre risas contestó: “Me lo dice mucha gente”.
Para mí es una referente en el periodismo porque con tan solo 22 años cubrió la muerte de Juan Pablo II.
La definiría como una mujer con los pies muy en la tierra; que con esfuerzo, perseverancia e ilusión ha llegado hasta lo más alto.
Llegamos a la cafetería. La conversación es amena. Le conté que estudio el doble grado de Periodismo y Comunicación Digital y algunos detalles molones. También ella nos contó cosas de su paso por la Universidad, Isabel estudió en Sevilla: “Estuve un año en una residencia pero en segundo me fui a vivir enfrente de la Universidad con amigas”.
Se me pasó el tiempo volando pero lo que más me gustó fue que con cada vivencia y anécdota que nos contaba yo me sentía identificada. Reconoce haberse tragado muchas olas de calor en Sevilla mientras sus amigas estaban en Almería, en la playita. Justo lo que hice en primero de carrera, que me quedé en Pamplona a 900 km de mi casa. Por aquel entonces me decían que ya tendría tiempo pero para mí fue todo un lujo conocer el mundo de la radio.
– ¿Qué hay que hacer para intentar ser reconocido en el trabajo?
– Hay que darlo todo siempre. Vivir la profesión con pasión.
– ¿Cuáles fueron tus primeras prácticas?
– Empecé en prensa escrita, en un periódico local de Almería. Después durante la Carrera hice prácticas en Telecinco, en Andalucía. Y ya no me dio tiempo a probar la radio. A partir de ahí me llamaban para sustituciones. Y así la vida fue como me guió de la prensa escrita a la televisión.
– ¿Por qué rechazaste un puesto fijo en Telecinco, en Andalucía, nada más acabar la carrera?
– Yo no me veía allí, quería tener una experiencia en el extranjero y me fui a Roma. Mi madre casi me mata. Pero quise aprender a sacarme las castañas yo sola y empezar de cero. Dio la casualidad que ese año murió, el ya Santo, Juan Pablo II. Esto me abrió todas las puertas.
– ¿Cómo viviste ese acontecimiento histórico?
– De la noche a la mañana, con 22 años me convertí en la corresponsal en Roma de Informativos Telecinco. A nivel nacional. Me vi de acabar la carrera a abrir los informativos casi todos los días durante seis meses. El especial se hizo en un plató que montaron. Yo con la radio Vaticana, escuchándola en un Nokia super antiguo, les pasaba todas las notas que apuntaba en una libreta a los presentadores.
– ¿Y después de Roma qué hiciste?
– Volví a Madrid. Empecé en Antena 3 haciendo reportajes. Estos te hacen bajar a la tierra y ver que todo en esta profesión no es «jauja». De estar con la policía patrullando a esperar en la Puerta del Sol porque hacía un reportaje de carteristas, entre otras muchas cosas.
– ¿Un consejo para los estudiantes de Periodismo?
– Es una profesión muy vocacional, hay que darlo todo. Las metas no deben de ser alcanzar lo más grande sino marcarse objetivos a corto plazo e ir consiguiéndolos. Lo más importante es hacer prácticas y formarse. El vaso siempre hay que verlo medio lleno.
– ¿Qué se siente al ser la primera mujer en pronunciar un pregón en la feria de Almería?
– Orgullo, fui toda una privilegiada. Fue un momento muy especial y emotivo.
– ¿Qué recuerdo tienes de Antena 3? Allí dejé una familia, todavía conservo amigos.
– Ahora que muchos periodistas han escrito un libro, ¿te animas tú?
– En un futuro no lo sé pero ahora precisamente como es una moda no lo voy a hacer.
– ¿Qué pasó el día que Cantero te pidió que fingieras un orgasmo en directo después de un vídeo relacionado con el tema?
– Calla, calla… “te mato”, le dije y le di con los papeles en la cabeza. Estaba fuera de lugar su comentario.
– Estuviste de corresponsal en Japón, ¿Sentiste miedo por las radiaciones?
– Miedo no, ten en cuenta que me hubiese gustado cubrir una guerra. Con beber agua que no fuese del grifo, no había peligro. Los japoneses nos transmitieron mucha tranquilidad.
– Una de las noticias que más te ha costado dar: El terremoto de Lorca. Tuve que girarme varias veces porque se me escapó alguna lágrima.
– Un Viaje que volverías a repetir: Roma, Italia me tiene enamorada.
Acabamos el café y se encontró un céntimo. Me lo da y dice: “Toma que dicen que da suerte”. A lo que Guachu añade: “La suerte te la creas tú”. “Efectivamente, esa es la actitud en la vida”. Termina diciendo.
He de decir que a veces mi amiga suelta grandes frases, perlitas, que bien pueden servir para titular esta charla de cerca con una referente en la comunicación. Nos lo estábamos pasando genial, de repente miré la hora y eran las ocho. Volvimos al «cole» para que diese la charla a mis compañeras. Como bien me dijo la bombardeé a preguntas, pero qué le voy a hacer si nací así; por eso en parte elegí esta profesión: la mejor del mundo.
“Es muy importante documentarse y contrastar la noticia” recalcó varias veces.
“Empecé haciendo prácticas y he llegado hasta aquí porque he dado los pasos correctos y he escogido las opciones correctas” afirmaba Isabel. Sin duda, hay que darlo todo si te apasiona tu profesión. Dice no haber renunciado a nada porque hace lo que le gusta y está siempre en el mejor sitio. “Cuando murió Mandela estaba de vacaciones, me llamaron y tuve que irme a Sudáfrica”. Todo un lujo, tal y como están ahora las cosas.
Nos despedimos con un fuerte abrazo y nos dice que en julio saldrá en la revista ELLE.
Solo le puedo decir a Isabel que siga triunfando y que la excelencia siga siendo su meta. Una servidora ya ha apuntado algunos consejillos para en un futuro llevar a la práctica 😉
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