Dicen que el primer amor nunca se olvida, ese cosquilleo en la barriga, ese primer beso robado, ese primer te quiero al oído, esa sensación de estar fuera de la ley y perder la noción del tiempo…
Pero en la vida hay muchos primeros amores, muchísimos, y esos tampoco se olvidan. Como cuando descubres las galletas mas ricas de la historia y te planteas cómo has podido vivir sin ellas todo este tiempo. O cuando conduces por primera vez solo y te sientes el rey del maldito mundo. Todas las mañanas de Reyes. Cuando te pones tus primeros tacones. Cuando, siendo un adolescente, haces tu primer viaje solo en avión y vas por la terminal, disimulando, como si lo hubieras hecho mil veces. Cuando te quitan la hora de vuelta a casa. Y ves tu primer amanecer después de una noche memorable. Cuando te dejan un finde solo en casa. Cuando cambias tu primera rueda del coche y te sientes McGyver. Cuando apruebas la última asignatura de la carrera. Cuando descubres quién es tu amigo de verdad. Cuando te cuentan el mejor chiste de la historia y a partir de ese momento lo contarás todos los sábados después de la tercera copa. Cuando escuchas esa canción que pasará a formar parte imprescindible de tu vida. Cuando consigues tu primer trabajo. Cuando te pagan tu primer sueldo (en condiciones, de esos que ya no hay). Cuando consigues independizarte (pero aceptando tuppers). Cuando esa persona tan especial te pregunte y respondas: Sí, quiero. Cuando ves la cara de tu primer hijo. Cuando,después de mil años, consigues reunir a todos los amigos del cole en una cena. Cuando consigues ese sueño por el que llevas luchando tantos años. El primer día de vacaciones. La primera nevada de la temporada…
Hay millones de primeros amores, porque la vida esta llena de pequeños instantes que hacen que valgan la pena. Y los más especiales, siempre son los primeros, que nos pillan por sorpresa, con desconocimiento, algo de respeto y unas ganas inmensas de vivirlos. Y esos, nunca se olvidan.
¡LO MEJOR ESTÁ POR LLEGAR! 