Lo que no hace falta, sobra

En  mi casa los cajones guardaron un montón de por si acasos (porsiundíadejadedoler). La estantería siguió almacenando los libros que nacían bajo las almohadas.Mi casa conserva una exposición propia del Museo de mis relaciones rotas. Recuerdos que se han quedado agazapados en la memoria y que he exprimido para que no duelan porque ya lo han dolido todo.

Abro cajones y ni siquiera los miro.Busco libros y al abrirlos encuentro un billete de tren de aquella primavera o un ticket de metro de cualquier ciudad europea en otoño y de la nostalgia sólo queda una sonrisa a los buenos días que ya no quiero que vuelvan y que ya no me molesta recordar.


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