“Valorad lo que tenéis. La muerte no es triste, lo triste es no saber vivir”.
Pablo Ráez
Esta frase me ha hecho pensar mucho estos días. La verdad que la muerte forma parte de la vida y si sabes vivirla bien una vez es suficiente. Escuché una vez que lo importante no es los años de vida sino la vida de los años.
Hace justo una semana fallecía Pablo Ráez, con tan solo 20 años, y entristecía a toda España, después de una dura lucha contra el cáncer. Parecía que se iba a curar porque él ponía todo de su parte, pero en numerosas ocasiones hay situaciones que no dependen de nosotros.
Por eso, como decía Ráez, no te atormentes con el pasado, perdónate y quiérte. No te atormentes con el futuro, pues perderemos el tiempo de disfrutar del tiempo presente.
Hay que ser capaz de encontrar la motivación en uno mismo, no en los demás, nada tiene más fuerza y coraje que uno mismo. Hay dos opciones en la vida ante los problemas de la vida, amargarse o tomárselo con una gran sonrisa. Al principio cuesta sonreír pero en cuanto te des cuenta que eso es una pérdida de tiempo verás que no merece la pena.
Por eso he descubierto (como dice la canción) que me gusta la vida, me gusta disfrutar, me gusta saborear las cosas más pequeñitas, las cosas más chiquititas.
Con estos pensamientos he descubierto que hay gente que tiene magia.
Que hace bonito un enfado, que transforma lágrimas en carcajadas, que te da la mano, que no se olvida de un cumpleaños, que en definitiva tiene arte, en los ojos, también en los labios.
Sí, hay gente que tiene música, que tiene mundo que cambiar, que tiene duende (como lo tuvo Pablo R.) Hay personas que te roban suspiros y miedos, que te besa las heridas, que te da los buenos con una llamada y una canción.
Hay gente que regala, regala momentos, regala fotos que solo existen en tu recuerdo, regala ganas, motivos y aliento. Hay algunos que buscan el lado positivo de la vida, casualidades para hacer que parezcan simplemente eso.
Hay gente de la que nunca te vas a tener que despedir, y lo sabes perfectamente, que el orgullo estará por debajo de la relación, esa gente que te cuida, con un simple “cómo estás”, que regala flores cualquier día no especial. Algunos te piensan, te quieren, ni mucho ni poco, te quieren bien y al final te despiertan para que sueñes de nuevo.
A toda esta gente a la que no solemos decir gracias, GRACIAS por todo esto.
A esos que se quedan, aunque se vayan.
Una respuesta a “Un día extraordinario”