Aquellas pequeñas cosas

Ahora que ha empezado un nuevo año y llevaba tiempo sin escribir en el blog quería hablaros de las sorpresas. La RAE define la  palabra sorprender como: ‘Conmover, suspender o maravillar con algo imprevisto, raro o incomprensible’. En los comienzos siempre hay algo de sorpresa e imprevisión por eso me gustan tantos los inicios y las sorpresas (y a quién no, digo yo). Ahora que enero ha llamado a la puerta es hora de sorprender y de que te sorprendan, que no porque acabe la Navidad vamos a tener que dejar de sorprender.

empezar
Los inicios siempre empiezan con un sí

Leí hace poco un libro que se llama “Casi sin querer” de Defreds en el que decía que “la gente ya no prepara sorpresas, con lo que molan las sorpresas y la cara de quien no las espera. Sorprender es lo más bonito de este mundo”.

Y es que: qué es la vida sin sorpresas, la verdad que qué sería de nosotros sin esa ilusión por no saber lo que va a pasar mañana, lo que descubriré de esta u otra persona, en definitiva, esas pequeñas cosas que sin darnos cuenta ocurren a diario. Las sorpresas no se buscan sino que suceden sin darnos cuenta, hay personas que son por definición SORPRESA y eso estimula para seguir conociéndolas.

Cuando mencionas la palabra sorpresa enseguida se piensa en algo material. En un regalo, una fiesta de cumpleaños, o una cena romántica. Hay otro tipo de sorpresas, esas que la vida te da sin buscarlas, esas son las mejores. Te sorprendes cuando quieres empezar un proyecto que tenías en mente, leer un libro, ir al cine, hacer ese viaje tan esperado… en esos momentos surge una ilusión que parece que algo te hace sentir mejor.

Es por esto que me encantan, cuando alguien te da una nota, un simple post-it donde pone lo mucho que te quiere, eso ya es motivo para estar contenta durante todo el día. Y es que te puedes preguntar y ¿cómo le da a esta por hablar de las sorpresas? Pues porque una personita especial (PJ) me ha enviado un ramo de rosas rojas, yo esperando otro paquete y al verlo pues me he quedado de piedra pensando si esas rosas eran para mí… hacía taaaanto que no me regalaban flores y me parece un detalle tan bonito.

Pues a eso voy: que no se deben perder las sorpresas, los abrazos improvisados y los te quieros a la cara, que muchas veces perdemos entre pantallas el valor de una mirada.

magia


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