¡LO MEJOR ESTÁ POR LLEGAR!

Buenos días, te escribo a ti, sí, tú sabes perfectamente quién eres.

Es domingo y he madrugado para estudiar, pero aquí estoy, pensando de vez en cuando en ti. Solo que tú ya no estás.

Dicen que los domingo son los días donde más pensamos, el ir todo el día en pijama o por el contrario no pisar la casa. Pero  hoy quiero escribir, aunque ya no sirva de nada, porque a mí lo que me gusta es palpar mis pensamientos en papel y aunque tú ya no estés y tu ropa no vuelva nunca más a oler a mí… cuando pase alguien a tu lado con mi perfume, seguramente recuerdes todas esas cosas que vivimos y que por supuesto no se volverán a repetir.

Porque hoy es domingo (y aunque cuando te veo «en línea» paso de hablarte) me muero de ganas por ponerte un «qué tal?» pero eso ya no pasará. Ya no habrá más conversaciones pendientes ni desayunos en autobuses londinenses. Que sí que me encantan esas cosas pero que ya pasó. Macarena, me repito una y otra vez, que ya no… que esto no se puede y punto.

Porque ahora los domingos son de «qué fuerte, qué fuerte, no sabes lo que pasó ayer». De comerme el mundo. De salir con mis amigas. De disfrutarlas al máximo. De encontrarme a mí misma, porque de eso va la vida, vamos. De llamar a mis padres y hablar horas con ellos, de contactar con viejos amigos. De planear viajes que nunca sucederán… En definitiva de ser quien yo quiero ser.

Y punto, que la vida trata de eso, de domingos en pijama, de cotilleos, de ir al pueblo; que allí desconecto del mundo, de volver a los lugares de la infancia. Porque tú ya no estás, y aunque todo vaya genial a veces, sin remediarlo te echo de menos, solo que ya sé quién soy y sé que no te necesito. Porque en el fondo lo único que quiero es seguir luchando, descubrir quién soy y afrontar el futuro con todo el optimismo del mundo. En el fondo te doy las gracias, por hacer que sepa lo que no quiero, e ir descubriendo poco a poco lo que me apasiona.