Llevaba un tiempo sin escribir pero hoy es una buena ocasión para hacerlo. Es el cumpleaños de dos hermanas, de dos mellizas, de dos pedazos de mujeres que se comen el mundo todos los días. De esas personas a las que no les cuesta nada ponerle una sonrisa a la vida, las que te hacen el día a día más fácil y cuando tienes un mal momento te animan. De esas amigas que aunque no tengan tu misma sangre se pueden considerar hermanas porque están en lo bueno y en lo malo. Dicen que cuando tú estás arriba tus amigos saben quién eres y cuando estás abajo tú sabes quienes son tus amigos. Pues ellas han estado desde el minuto 1 al pie del cañón, sin desistir. Han estado en las victorias, y en las menos buenas. Por eso, hoy que es vuestro día quería dedicaros unas palabras tan especiales. Para recordaros lo mucho que valéis y lo tantísimo que aportáis al mundo.
El año pasado tocó excursión por el Sur así que espero que este año me llevéis por el norte. En esta ocasión Norte y Sur se han unido y parece que no son tantas las diferencias que nos separan, además del acento y las costumbres. Pero bah, una buena amistad lo puede todo. Deciros que sois muy especiales para mí y que aunque en verano y vacaciones haya mucha distancia de por medio nada ha cambiado entre nosotras.
Mil millones de felicidades otra vez, que disfrutéis muchísimo este año (sobre todo a mi lado) y todos los que nos quedan por vivir juntas. Que como os digo siempre no dejéis de sonreír porque alegráis el cole. Por último deciros: A Inés que aunque seas norteña nunca pierdas ese espíritu sureño y a ti, Berta, que nunca pierdas esa manera tan particular y positiva de ver la vida aunque a veces “te pille el toro”.
Con muchísimo cariño, vuestra amiga.
Os quiero 🙂