Dicen que todos los días se aprende algo nuevo y yo lo afirmo. Hoy aprendí que aún quedan personas de las que, aunque lleves mucho tiempo sin hablar con ellas, no cambian. Que aunque estén en la distancia van a estar ahí, que cuando las llames cogerán el teléfono. Sí, esas que en un momento determinado de tu vida te enseñaron muchas cosas y te dieron fuerza para seguir adelante… de esas que hagan lo que hagan no quieren nada a cambio.
Esas son las personas que realmente valen la pena. Aunque el tiempo pase y estén en la distancia parece que están dentro de ti, son una parte de ti. A ellas siempre las llevarás contigo y pensarás qué caro es el tiempo por no verlas todo lo que quisieras. Son aquellas de las que te sientes orgullosa cuando las piensas, o escuchas su nombre.
Se enfrentan al mundo con una sonrisa, tan sólo con oírte saben cómo estás… ni siquiera te lo preguntan. Simplifican la vida y resuelven problemas. Te hacen ser feliz. ¿Se puede pedir algo más? Sinceramente gracias a estas personas por existir, sin estos personajillos nada tendría sentido.
Os quiero